, hay que ir con la mentalidad preparada para
dejarlo aparcado, y trasladarnos luego por sus calles y canales a pie o
en vaporeto. La mejor opción es dejarlo en la isla de Lido, que es la
única con conexión por carretera con el resto del país; podemos aparcar
en el Hotel de Lido, en algún aparcamiento o incluso en la calle.
Las carreteras italianas son excelentes y hay muchos kilómetros de
autovías (señalizadas con un número blanco sobre fondo verde), en su
mayoría de pago. El límite máximo de velocidad es de 130 km por hora, y
el peaje puede pagarse en efectivo o por Viacard. El resto de las
carreteras se señaliza con carteles azules y números blancos, y los
límites son de 50 km/h para centros urbanos, 90 en provinciales y
locales, y 110 en carreteras nacionales. En cuanto a las gasolineras,
cuentan con servicio de 24 horas excepto los fines de semana, que
cierran de 12.30 a 15.00 y a partir de las 19.00. No hay que olvidar
que para conducir por Italia, al igual que en España, es necesario
contar con un seguro obligatorio; si lo que queremos es alquilar un
coche allí, la mejor opción es hacerlo desde nuestro domicilio por
Internet a través de las numerosas páginas web de las agencias de
alquiler (
www.avis.es,
www.easycar.es...)
para luego recogerlo en el aeropuerto o en las estaciones de tren.
Si llegamos a Venecia en autobús,
tenemos la opción de coger el tren en la Estación de Mestre (a ella
llegan todos los autobuses de Italia) y llegar hasta la Ferrovia, o
bien ir en autobús hasta la isla de Lido y desde allí desplazarnos en
Vaporeto. Los servicios de autobús interurbanos de Italia no son caros y
funcionan bastante bien, siendo una estupenda opción para visitar
Venecia si nos encontramos alojados en alguna ciudad o pueblo de la
región.